El presidente Obama puede creer que la política de “reseteo” con Rusia es la maniobra correcta para cubrir importantes áreas en el campo de las relaciones exteriores, pero esa política está profundamente plagada de errores. Pone a Estados Unidos en una desventaja que no nos podemos permitir y nos obliga a dejar al margen fundamentales principios americanos de la libertad humana.
Los tratados de libre comercio (TLC) han beneficiado económicamente a naciones de todo el mundo desde su creación. Los índices de pobreza en los países con pocas barreras comerciales son significativamente más bajos y los datos del Índice de Libertad Económica de la Fundación Heritage muestran que el libre comercio también conducen a mayores ingresos, más empleo y mayor igualdad.
Hay una importante lección detrás del fracaso de Solyndra que muestra que el gobierno simplemente no puede crear demanda. Hay una forma comprobada de saber si una nueva tecnología funcionará: Se le deja la responsabilidad al mercado. Una buena idea desarrollará sus propias alas y despegará. Una mala está abocada a morir, no importa cuánto quiera alguien que tenga éxito.
Desde su creación, la ley CLASS era completamente insostenible, tal como estaba redactada. ¿El problema? Debido a los efectos de la selección adversa, el programa impondría altas primas, lo que impediría participar a las personas que constituyen menos riesgo. De hecho, participar en el programa CLASS solo sería atractivo para aquellos que padecen mala salud y esperan necesitar cuidados extendidos en el futuro, lo cual aumenta aún más las primas.