La tensión entre el control del gobierno y el mercado libre ha aumentado en todo el mundo, en particular, en los países desarrollados.
Al debilitar los logros obtenidos con esfuerzo años atrás con respecto a la libertad económica, la creciente carga del gasto gubernamental descontrolado sobrepasó, en muchos casos, los logros en la libertad económica conseguidos en otras áreas de políticas.