Hay grandes problemas a la hora de traducir del inglés al español la palabra “liberalism”. En Estados Unidos, “liberalism” está hoy ligado a todo lo contrario de lo que significa “liberalismo” en español. Por eso, en Estados Unidos, cuando tildan a algún político de “liberal” (en inglés), en realidad lo que le quieren decir es “progresista” o -válgame Dios- “socialista”… y por tanto, el escándalo está servido.