Recientemente se ha informado de que el índice de pobreza entre la población de origen hispano ha alcanzado el 28%. Esta cifra, basada en una nueva medida de la pobreza de la administración Obama, se debería interpretar con precaución, como se explica en este artículo. Sin embargo, lo que sí resulta problemático es el dato global de que más familias latinoamericanas en Estados Unidos así como familias americanas en general, sufren para alcanzar la autosuficiencia.
El mejor programa antipobreza es un empleo. Ese fue el mantra de la reforma de la asistencia social de 1996, que cambió el programa de Ayuda a las Familias con hijos Dependientes por el programa de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (TANF), que por primera vez requería que los beneficiarios de las asistencia social que fueran físicamente capaces trabajasen o se preparasen para trabajar para poder recibir la asistencia del gobierno.