Ayer se cumplieron 11 años de la invasión liderada por Estados Unidos en Afganistán, que se lanzó justo tres semanas y media después de los atentados del 11 de septiembre. Recientemente, se alcanzó la marca de la baja número 2,000 entre las tropas de Estados Unidos en Afganistán. Esta cifra (junto con el horror de los “ataques desde dentro” cometidos por soldados afganos contra los aliados) requiere de una explicación acerca de la situación en la que se encuentra Estados Unidos en Afganistán.
Una corte de primera instancia de Pensilvania acaba de ratificar la nueva ley de identificación del votante (Voter ID) de este estado, pero dictaminó que los votantes sin identificación con foto aún puedan votar en la próxima cita electoral, ya que no parece posible que se pueda implementar totalmente el nuevo requisito antes de dichas elecciones.
En una declaración realizada el 12 de septiembre, Brandon Wales, director del Centro de Análisis de Riesgo y Amenaza para las Infraestructuras del Departamento de Seguridad Interior (DHS), admitió que el DHS sigue sin estar preparado para la posibilidad de un suceso o ataque de pulso electromagnético (EMP).