Gracias al senador Lee, al representante Ryan, al senador Toomey y a otros como ellos, existen propuestas, ideas y planes para reducir al gasto, arreglar los derechos a beneficios, reformar el código tributario y asegurarse de que se defiende correctamente a Estados Unidos. Lee tiene razón, no hacer nada no es un opción. Pero con las iniciativas de los conservadores en el Congreso, hay muchas buenas opciones sobre la mesa. Ojalá sus colegas se unieran a ellos para tomar medidas.
Comparar el impacto del presidente Obama en asuntos de política exterior con el impacto del expresidente Jimmy Carter también se ha puesto de moda.
Carter mostró debilidad con los enemigos de Estados Unidos y muchos (viendo que la Casa Blanca era blanda y Estados Unidos una potencia en decadencia) aprovecharon cada oportunidad que tuvieron para insultar, ignorar, avergonzar y abusar de la imagen del Tío Sam.
Desde el comienzo de la recesión, el mundo académico, prestigiosas instituciones internacionales y la mayoría de los funcionarios públicos presionaron para que se llevara a cabo un masivo gasto en estímulo económico. Suecia rompió la tendencia, centrándose más bien en reducir los tipos impositivos marginales y haciendo retroceder la expansión del gobierno