Si la situación en España les suena familiar, es porque lo es. Lo que estamos viviendo en Estados Unidos es una previa de lo que ya está viviendo España. Nuestro propio país está en declive según el Índice dado el incesante gasto del gobierno federal y el insoportable crecimiento de la deuda nacional.
El verdadero Washington tiene todavía mucho que enseñarnos, en particular en lo que se refiere a la presidencia, la política exterior y la libertad religiosa. Aunque mucho ha cambiado en los pasados dos siglos, su sabio consejo y su conducta en el cargo no han perdido nada de su relevancia, fundamentados en los inmortales principios fundacionales y en una sobria valoración de la naturaleza humana.
El empuje de Chávez para la reelección será formidable y la oposición tiene una gran distancia que recorrer. Sin embargo, la impresionante respuesta de los votantes el 12 de febrero hace que un cambio de liderazgo parezca más posible. Como observó Capriles, Chávez “cree que es Dios. Piensa que no puede perder y eso es muy bueno para nosotros”.