Después de las elecciones de noviembre de 2010, cuando el partido del presidente perdió el control de la Cámara de Representantes, Barack Obama le dijo a Estados Unidos que, allí donde no pueda legislar, él regulará. En el último año, el presidente ha estado la altura de esa promesa y ahora promete que la cumplirá aún más a rajatabla en 2012.
El código tributario de Estados Unidos necesita ser reformado, pura y simplemente. El actual sistema fiscal desalienta el ahorro, la inversión y el espíritu emprendedor. Es un freno a la productividad, el crecimiento del empleo, la competitividad internacional y los salarios. Es complicado más allá de lo imaginable y eso tiene que cambiar. La buena noticia es que hay una solución que puede constituir el fin del complejo código tributario americano de una vez por todas: El “Nuevo impuesto único”(flat tax) de la Fundación Heritage.