[1]El Departamento de Estado cerró 21 embajadas de Estados Unidos durante el fin de semana y emitió una alerta para los americanos que viajen a Medio Oriente y el norte de África, advirtiendo de posibles amenazas terroristas en la región.
¿De dónde provienen los informes de los servicios de inteligencia que provocaron esta advertencia?
Como comentó Brian Williams, de la NBC, “Todo empezó con la intercepción de una comunicación”.
Los líderes de al-Qaeda en Pakistán y Yemen estuvieron hablando de una posible trama terrorista en torno a la fecha del 4 de agosto…y los servicios de inteligencia de Estados Unidos estaban escuchando.
Este tipo de intercepciones es la razón por la que existen programas de monitorización de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) como PRISM, indica el analista de la Fundación Heritage James Carafano (investigador adscrito a la donación E.W. Richardson). Carafano indica que:
Al menos 60 tramas terroristas de inspiración islamista han tenido como objetivo a Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre. La inmensa mayoría de las cuales han sido desbaratadas gracias a los oportunos informes operativos de los servicios de inteligencia acerca de dichas amenazas. El Congreso no debería retomar el grupo de reglas previas al 11 de septiembre únicamente para satisfacer un sentimiento populista.
Necesitamos estos programas y también necesitamos asegurarnos de que se están utilizando adecuadamente. Carafano comenta que “El Congreso y la Casa Blanca tienen la obligación de proteger nuestras libertades y salvaguardar nuestra seguridad, en igual medida”. En ninguno de estos frentes debería el Congreso adoptar una actitud autocomplaciente respecto a su responsabilidad de ejercer una supervisión responsable.
La respuesta de la administración Obama a estos informes de los servicios de inteligencia muestra que ha aprendido una de las lecciones de los atentados terroristas de Bengasi. Sin embargo, la experta de la Fundación Heritage Helle Dale comenta que aunque “la Casa Blanca ha aprendido a ir sobre seguro cuando se detectan amenazas terroristas creíbles”, el “fracaso de la administración Obama a la hora de tomar represalias de cualquier tipo contra quienes atentaron contra nuestro consulado y mataron al embajador de Estados Unidos ha envalentonado a los enemigos de Estados Unidos”.
“Al adoptar una estrategia de contención frente a al-Qaeda, incentivamos el resurgimiento de los terroristas”, comenta Dale.
Y la afirmación del presidente Obama durante la campaña de que al-Qaeda estaba “en retirada” ha quedado desacreditada una y otra vez. Como expresa el analista de la Fundación Heritage Peter Brookes, “Estamos en la era post-Osama bin Laden, pero no estamos en la era post-al-Qaeda”.
La versión en inglés [2] de este artículo está en Heritage.org.