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EL PROBLEMA:
A pesar de gastar casi $16 billones desde la Guerra contra la Pobreza comenzó en 1964, los programas de asistencia social no han logrado reducir las causas de la pobreza y en cambio han perjudicado a muchas de las personas a las que buscaban ayudar. La pobreza en Estados Unidos está enormemente vinculada a la ausencia de los padres y a la falta de trabajo, pero los pagos de la asistencia social han tenido efectos destructivos erosionando la institución del matrimonio y la ética de trabajo en comunidades de bajos ingresos. La reforma de la asistencia social de 1996 transformó un programa, reduciendo significativamente la asistencia social dispensada y disminuyendo la pobreza infantil. Pero en la actualidad esa reforma está en peligro y unos 70 programas federales según ingresos necesitan una reforma similar.
LOS HECHOS:
- La asistencia social en aumento: El crecimiento del gasto en asistencia social es insostenible y conducirá a Estados Unidos a la bancarrota si se permite que continúe sin reformarse. Está previsto que el gasto en asistencia social cueste al contribuyente $10.3 billones en los próximos diez años.
- El colapso del matrimonio: En la actualidad, el colapso del matrimonio es la principal causa de la pobreza infantil en América. Cuando arrancó la Guerra contra la Pobreza, el 7% de los niños nacían fuera de matrimonio; hoy la cifra es de más del 40%. Y más alarmante todavía es que el índice de natalidad fuera del matrimonio entre los afroamericanos es del 72%.
- La amnistía agravará el problema: Si el gobierno de Estados Unidos fuese a conceder una amnistía o “ciudadanía ganada” a inmigrantes ilegales, el sistema de asistencia social se vería inundado con nuevos beneficiarios. De los 11-12 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos, al menos la mitad no ha acabado la secundaria.
LAS SOLUCIONES:
- Préstamos, no subvenciones: La asistencia social para adultos sanos crea un potencial riesgo moral ya que puede conducir a un aumento de conductas que generan la necesidad de la ayuda en primer lugar. Una política de asistencia social reformada puede reducir el riesgo moral al tratar una parte de la asistencia social como un préstamo que tendrá que devolverse en vez que sea un obsequio total del contribuyente.
- Establecer restricciones fiscales razonables: Una vez que la recesión actual termine, el gasto agregado de la asistencia social de todos los 71 programas federales de asistencia social según ingresos debería replegarse a niveles pre recesión. Después de que el repliegue se complete, el crecimiento de la asistencia social debería limitarse al ritmo de la inflación. Esto forzará al Congreso a determinar si estos programas producen resultados o no en su objetivo de aliviar la pobreza. Los programas que sí lo hagan, podrán crecer, pero aquellos que no, deberán eliminarse o reformarse.
- Promover la responsabilidad personal y el trabajo: , A los beneficiarios sanos de la asistencia social se les deberían exigir trabajar o capacitarse para trabajar como condición para recibir la ayuda. Los programas de estampillas de comida y de ayuda para la vivienda – dos de los programas de mayor envergadura de la asistencia social – deberían estar en consonancia con el programa TANF (Asistencia Temporal Para Familias Necesitadas) que exige que los adultos sanos trabajen o se capaciten para trabajar por lo menos 30 horas a la semana.
- Acabar con la penalización de la asistencia social por causa del matrimonio:Los actuales programas de asistencia social según ingresos penalizan a los beneficiarios de bajos ingresos que elijan casarse; estas penalizaciones antimatrimonio se deberían reducir o eliminar. Además, el gobierno debería suministrar información sobre la importancia del matrimonio a las personas que viven en comunidades con riesgo elevado de tener hijos fuera de matrimonio, haciendo hincapié en los beneficios para los niños al vivir con ambos progenitores dentro de una familia casada.
- Limitar la inmigración de mano de obra no calificada: Alrededor del 15% ($100,000 millones anualmente) del total de los gastos en asistencia social según ingresos va a hogares encabezados por inmigrantes con grado de enseñanza secundaria o menor. Un tercio de todos los inmigrantes no ha terminado la secundaria. Durante los próximos diez años, América se gastará $1.5 billones en asistencia social para inmigrantes de la fuerza laboral no calificada. La política del gobierno debería circunscribir la inmigración futura a aquellos que sean contribuyentes fiscales netos, que paguen más en impuestos de lo que reciben en beneficios. El sistema de inmigración legal no debería fomentar la inmigración de mano de obra no calificada que aumentaría la pobreza de la nación e impondría vastos nuevos costos a los ya abrumados contribuyentes.
Este artículo pertenece a la serie Soluciones para América [1].
La versión en inglés [4] de este artículo está en Heritage.org.