- Libertad.org – Opinión y análisis político en defensa y promoción de la libertad individual - http://legacy.libertad.org -

La mejor parte del Óscar 2013

[1]Estados Unidos ha estado entusiasmado durante toda la semana con los vestidos, las estrellas, los ganadores y las películas triunfadoras. Pero el aspecto más importante de los Óscar es el drama que se sigue representando en la vida real.

No es algo inusual que los actores de Hollywood hagan uso de su estrellato para llamar la atención sobre los derechos humanos y las causas humanitarias. Pero resulta sorprendente que lo hagan en una iniciativa para hacer lo correcto en lo referente a la seguridad nacional de Estados Unidos.

Eso es lo que hicieron Jessica Chastain y Jason Clarke, los actores de Zero Dark Thirty, cuando pidieron, durante la ceremonia de entrega de los Premios de la Academia del pasado domingo, la puesta en libertad del Dr. Shakil Afridi, que ayudó a Estados Unidos a rastrear a Osama bin Laden. Zero Dark Thirty, la película que relata la caza de bin Laden, estaba nominada para cinco Premios de la Academia, incluido el de mejor película.

Un anuncio a página completa aparecido en el Hollywood Reporter había instado a los miembros del elenco y al personal de Zero Dark Thirty a poner de relieve la farsa del caso de Afridi. Además de observar que “sin el sacrificio del Dr. Afridi, puede que no hubiésemos localizado al terrorista más peligroso del mundo”, el anuncio también se preguntaba “¿Quién saldrá en ayuda de Estados Unidos si así es como tratamos a nuestros amigos?”.

El Dr. Afridi, ciudadano pakistaní, fue capturado por las autoridades de su país unas cuantas semanas después de la operación del 2 de mayo de 2001 que acabó con bin Laden. El doctor, al servicio de Estados Unidos, aparentemente llevaba a cabo una falsa campaña de vacunación en Abbottabad, Pakistán, en un intento de conseguir pruebas de ADN de los residentes que vivían dentro del complejo de bin Laden. Afridi fue incapaz de obtener las muestras, pero los responsables americanos han reconocido que proporcionó información que los ayudó a localizar a bin Laden.

Algunos informes de los medios de comunicación indican que es posible que el Dr. Afridi haya rechazado una oferta del gobierno de Estados Unidos para abandonar el país inmediatamente después de la operación contra bin Laden. Aunque a posteriori resulta evidente que se trató de una decisión terriblemente mal aconsejada, Afridi explicó que nunca imaginó que sería castigado por ayudar a localizar al cerebro del 11 de septiembre.

En mayo de 2012, después de haber estado retenido durante un año, una corte tribal pakistaní sentención a Afridi a 33 años de prisión por la acusación inventada de que había cooperado con los milicianos en áreas fronterizas tribales.

Entonces, ¿cuál es la verdadera razón por la que los pakistaníes condenaron a Afridi? Su orgullo herido. Los responsables militares pakistaníes estaban furiosos por la decisión de Estados Unidos de llevar a cabo la operación contra bin Laden de forma unilateral. Pero lo que no es aceptable es que conviertan a Afridi en chivo expiatorio de su ira. Aunque algunos responsables pakistaníes dicen que su país tenía justificación para detener a Afridi ya que este cometió “espionaje”, el hecho es que la cooperación del Dr. Afridi con la CIA benefició a la seguridad nacional de Pakistán, por no mencionar a la de todas las naciones civilizadas del planeta.

Y no olvidemos que el hombre que era objetivo de los Navy SEALs no era ciudadano pakistaní, sino un proscrito internacional enemigo de ambas naciones.

Por otro lado, el silencio de la administración Obama sobre el caso Afridi ha sido descorazonador. En su comparecencia de confirmación como secretario de Estado, John Kerry quitó importancia a la falta de cooperación de los pakistaníes para liberar a Afridi. En cambio prefirió respaldar al gobierno pakistaní, diciendo: “Necesitamos forjar nuestra relación con Pakistán, no disminuirla”.

En realidad, es el gobierno pakistaní el que ha “disminuido” sus lazos bilaterales con su manejo tan mezquino y torpe del caso Afridi.

Los responsables militares pakistaníes deben dejar de ver la operación contra bin Laden como un desprecio y reconocer en cambio la amenaza que suponen los terroristas para el futuro de su propio país. Es más, las continuas tensiones entre Pakistán y Estados Unidos ponen a ambos países en desventaja en la lucha contra los terroristas.

El enjuiciamiento del Dr. Afridi por parte de Pakistán bajo una acusación inventada refleja no sólo las pobres credenciales de Pakistán en asuntos antiterroristas, sino que también supone una burla para el Estado de Derecho del país. Los líderes pakistaníes están reforzando los motivos que llevaron a Estados Unidos actuar desde el principio unilateralmente contra bin Laden y por qué la confianza internacional en el compromiso de Pakistán en la lucha contra el terrorismo sigue siendo escasa. Hollywood ha emprendido una noble causa para liberar a un hombre que ha ayudado a hacer el mundo más seguro frente al terrorismo global. Es el momento de que la administración Obama muestre el mismo compromiso para ayudar a este héroe de la vida real.

 

La versión en inglés [2] de este artículo está en Heritage.org.