En un correo electrónico enviado recientemente a sus seguidores, el presidente Obama se lamentaba de la frustrante falta de competencias de su cargo. “Hay tantas limitaciones a lo que puedo hacer por mí mismo” sin el Congreso, confesaba.
En términos de interpretación constitucional, tiene razón. Pero en la práctica, el presidente ha mostrado un marcado menosprecio por los límites legales de su poder.
Estados Unidos y nuestros aliados continúan siendo el objetivo de al-Qaeda y sus socios. El aniversario de ayer de los atentados en África Oriental y la noticia del cierre de embajadas son un lúgubre recordatorio de que la red global de al-Qaeda no ha sido derrotada y que continúa trastocando las operaciones del gobierno de Estados Unidos así como amenazando la vida de ciudadanos americanos.
James Carafano, vicepresidente de la Fundación Heritage para política exterior y de defensa e investigador adscrito a la donación E.W. Richardson, se reunió con nosotros para responder a algunas preguntas frecuentes acerca de las recientes amenazas terroristas, el cierre de embajadas y los programas de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
En su discurso en la Universidad Knox, el presidente Obama presentó su plan para convertir a Estados Unidos en Detroit: unos impuestos más altos, un gasto mayor, un aumento de los salarios mínimos, más mandatos y volver a trazar el camino hacia la posibilidad de escalar socialmente mediante unos programas que ya se han probado y han fracasado.
El Kremlin asestó un golpe diplomático a las relaciones entre Estados Unidos y Rusia cuando Moscú concedió asilo político temporal al exanalista de la NSA Edward Snowden. Así que ahora puede que la Casa Blanca cancele una cumbre entre ambos países que estaba programada para principios de septiembre, aparte de que la política de reinicio de Obama respecto a Rusia requerirá de una reevaluación significativa.