Pero sea que ratifique o derogue Obamacare, todo o en parte, la Corte no tiene la última palabra sobre este tema. Esta recae en última instancia sobre el pueblo americano, a través de sus representantes en el Congreso, para que decidan el futuro de la atención médica en Estados Unidos y si el gobierno federal actuará dentro de sus límites constitucionales. Obamacare debe ser totalmente derogada.