Según el Boston Herald y otros medios de comunicación, la familia de los terroristas que atentaron contra la Maratón de Boston recibió gran cantidad de dinero y beneficios en asistencia social. Esto llama la atención sobre el principio normativo de que los inmigrantes deberían ser contribuyentes netos del gobierno y la sociedad y que no deberían ser una carga para la sociedad americana.
Después de los atentados de Boston, muchos se están preguntando cómo alguien que vino a Estados Unidos con 9 años, asistió a algunas de nuestras mejores escuelas, fue capitán de su equipo de lucha libre, fue al baile de graduación y obtuvo la ciudadanía americana, pudo haber infligido un ataque tan devastador a nuestra sociedad. Las pruebas que están apareciendo sugieren que parte de la respuesta está en que nadie durante la última década le enseñó a Dzhokhar Tsarnaev a amar a Estados Unidos o, al menos, no se hizo una buena labor.
Indudablemente las redes sociales desempeñaron su papel para arrojar luz sobre los atentados de la Maratón de Boston. Sin embargo, el resultado es contradictorio. Las redes sociales proporcionan gran cantidad de información que es compartida a una velocidad altísima, pero su punto débil es la limitada capacidad humana para procesarla correctamente. Para eso se necesitan medios y preparación.
A medida que van surgiendo los detalles relativos al viaje de Tamerlán Tsarnaev a Daguestán y Chechenia en 2012, que su familia ha insistido en que fue simplemente una visita a sus familiares, se plantean nuevas preguntas sobre cómo ese viaje puede haber influenciado o bien su motivación o bien la preparación del atentado contra la Maratón de Boston.