Con la Enmienda Durbin —así conocida por su propulsor, el senador Dick Durbin (D-IL)—, el gobierno federal limita ahora la cantidad de dinero que los bancos pueden cobrar a los comerciantes por el uso de sus terminales cuando Ud. pasa su tarjeta de débito – algo que les cuesta a los bancos aproximadamente unos $6,600 millones por año en ingresos. En vez de recuperar estos costos a través de los comerciantes, los bancos quieren que los paguen los consumidores.