Obama podría haber dado la luz verde al oleoducto Keystone XL esta semana y ayudado a crear empleo real y a aumentar el suministro de energía asequible y fiable sin gastar dinero público o abogando por aumentos de impuestos. Pero en vez de eso, se dirigió al Reino Mágico de Disney y continuó vendiendo la fantasía de que él era quien tenía las respuestas para la creación de empleo en Estados Unidos. En el entretanto, los americanos sólo pueden soñar con una economía más fuerte y un futuro más brillante.