Además, a medida que la guerra en Afganistán se acerca a su undécimo año, Estados Unidos sigue confiando de manera en el apoyo de sus socios del mundo anglosajón. Mientras que Gran Bretaña, Australia y Canadá han estado codo a codo con Estados Unidos en esta guerra –una misión autorizada por la ONU y la OTAN— otros aliados europeos se han mantenido al margen y han dejado que los demás llevan la carga.
El énfasis del Tea Party en la libertad individual y el gobierno constitucional ha dado lugar a un importante cambio de paradigma en la política doméstica. Un cambio como ese es necesario también en la política exterior. En resumen, el Tea Party puede y debería ayudar a moldear el papel de Estados Unidos en el mundo. Sin embargo, es sólo comprendiendo correctamente los fundamentos de política exterior establecidos por los Fundadores que el Tea Party puede abogar con éxito por un enfoque compatible con los principios fundacionales de Estados Unidos.
Los principios fundacionales en los que se basa Estados Unidos deben guiar tanto su política exterior como interior. Por supuesto, los principios no dictan políticas precisas y no se manifiestan en la misma forma fuera que dentro. Esto es porque América es una nación de leyes que asigna al gobierno federal poderes amplios pero limitados.