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Los presidentes pintan castillos en el aire en sus discursos sobre el Estado de la Unión. Pero si el presidente Obama (y el Congreso) estuviera dispuesto a “remangarse” (otra expresión habitual del discurso sobre el Estado de la Unión) y a trabajar sobre algún aspecto tangible y positivo para los americanos, los expertos de la Fundación Heritage le ofrecen unas cuantas ideas.
![](http://legacy.libertad.org/wp-content/themes/wp-heritage/timthumb.php?src=http://legacy.libertad.org/wp-content/uploads/2012/09/Pobreza.jpg&w=250&h=180&zc=1)
Hace cuarenta años, el presidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson declaró en tono desafiante la guerra. No, no era contra el comunismo ni contra las fuerzas comunistas de Vietnam. En su lugar, este texano alto y desgarbado declaró la guerra contra la pobreza. Entre sus comentarios preparados para un Congreso conjunto, Johnson dijo de manera confiada: “…Nuestro objetivo no es sólo aliviar los síntomas de la pobreza, sino curarla y, sobre todo, prevenirla”.