El despotismo blando consiste en que el gobierno poco a poco consume la libertad de sus ciudadanos con la promesa de satisfacer todas sus necesidades, ansias y deseos.Con el fin de convertirse en el proveedor, el gobierno también debe convertirse en el que toma las decisiones. En efecto, los ciudadanos cambian el poder de decisión (el autogobierno) por la comodidad que produce el gobierno. Tocqueville habla de los efectos de este gobierno protector: “no quiebra voluntades pero las ablanda, las somete y las dirige”.