François Hollande ofrece a Francia un Estado omnipresente de pesadilla y el pueblo francés lo está aceptando alegremente. Las promesas gubernamentales de Hollande son un símbolo de todo lo que está mal con Europa en la actualidad y él es un representante de la decadencia de la UE, propugnando una política que es la antítesis de la libertad económica.
Julia no es la mujer americana ideal. Julia no es la mujer americana independiente que todos saben que Estados Unidos tiene. Las mujeres americanas fueron las primeras en la historia de la humanidad en ejercer el derecho al voto (en Nueva Jersey en 1797). Alexis de Tocqueville en Democracia en América elogió a Estados Unidos por sus mujeres. Tocqueville, a diferencia de las jóvenes aristócratas de su época, afirmaba que la joven americana “piensa por sí misma [y] habla libremente”. Su familia la equipa con la razón. Ella es una mujer que se autogobierna, capaz de identificar el vicio, la virtud y la oportunidad. Ella pertenece a una familia, a una iglesia y a asociaciones privadas.
Hollande, por el contrario, prometió subir los impuestos a las grandes empresas y a las personas adineradas, implementar un tramo fiscal del 75%, incrementar el gasto público en 20,000 millones de euros, subir el salario mínimo, contratar 60,000 profesores más y bajar la edad de jubilación de los 62 a los 60 años para algunos trabajadores. Dice que es “el presidente de los jóvenes de Francia” y cree que el estímulo público es el modo correcto de alcanzar el crecimiento económico, no vía recortes de gastos.
Heritage ha creado su propia versión de “Julia” titulada Una mejor vida para Julia y en ella muestra cómo las personas se beneficiarían con reformas conservadoras como las del plan Para Salvar el Sueño Americano de la Fundación Heritage. La visión conservadora del futuro de Julia es una que faculta al individuo, no una que une sus éxitos a la expansión del gobierno federal.
El pueblo americano no está y no debería estar satisfecho con un 8% de desempleo, con una economía que apenas avanza y con una crisis fiscal inducida por el gasto que sigue sin resolverse. La economía de Estados Unidos tiene un gran potencial que sólo está esperando a verse liberado. Con las normativas correctas (como las propuestas en el plan Para Salvar el Sueño Americano de la Fundación Heritage) Estados Unidos puede solventar la crisis de la deuda nacional, reducir el gasto público y conseguir que la economía vuelva a su curso.