Los empleados federales (que como promedio trabajan al año un mes menos que los trabajadores del sector privado y están mejor pagados) están cabildeando para obtener aún mejores pagas.
Los sindicatos públicos saben que el Congreso está buscando el modo de recortar el presupuesto federal y están contando con que los van a dejar fuera del alcance de cualquier medida de ese tipo.
Es difícil negar los beneficios de trabajar para el Tío Sam: excepcionales beneficios, buen sueldo y gran seguridad en el empleo. Aunque algunos empleados del gobierno pudieran levantar los brazos como protesta al enfrentarse con los hechos, una nueva encuesta revela que cerca de la mitad de los empleados públicos dicen ya que los empleados del sector privado trabajan más duramente que ellos.