Tanto si se trata de terremotos como de ataques terroristas, Estados Unidos debe estar preparado ante las amenazas al territorio nacional. Pero acertar con los sistemas y respuestas de seguridad interior está entre los más difíciles problemas para Washington. El exceso de centralización, la omnipresente complacencia y el arraigado politiqueo se interponen a la hora de conseguir una seguridad interior más efectiva. Ahora es el momento de que Washington se asegure de hacer lo correcto en vez de esperar a que golpee la catástrofe.
Nos dieron un gran susto en Washington DC hoy, ha sido bastante atemorizante. Lo suficiente como para recordarnos que debemos estar mejor preparados para los grandes desastres. En un estudio hecho por la Fundación Heritage, hay un hallazgo clave y es que FEMA ha estado cada vez más distraída de su obligación de preparación para desastres de gran magnitud.