Siempre ha habido un campo reformista en China, lo que pasa es que viene de perder cada batalla política importante en los últimos nueve años. Pero ahora los reformistas vuelven a la carga. No van a tener éxito este año o el próximo, pero por lo menos tienen un chance – por primera vez en una década.
Legatum ha anunciado con bombos y platillos el erróneo resultado de que China ha eclipsado a Estados Unidos en la estrecha dimensión económica de su medida de prosperidad. Una comparación bilateral con fundamentos tan cuestionables debería ser tratada en consecuencia, no destacada como un gran resultado.
Estados Unidos necesita una firme política exterior basada en sus intereses nacionales, no una política influenciada por sensibilidades chinas. Estados Unidos debería reforzar su diplomacia pública, revertir las tendencias actuales y enviar un firme mensaje de sólido liderazgo americano una vez más.