Lo que el presidente Obama llama un plan de “trabajo” es en realidad la reedición del estímulo, al más típico estilo keynesiano, de infraestructura, construcción de escuelas, pago de maestros, subvención por desempleo y suspensiones temporales de impuestos que manifiestamente han demostrado su fracaso en los dos años y medio desde la Ley de Recuperación de los $825,000 millones.
En septiembre, el presidente Obama debe pronunciar un discurso en el que desvelará un nuevo plan para crear empleos y hacer que la economía de Estados Unidos crezca otra vez. El problema es que el plan probablemente estará diseñado con las mismas nociones que produjeron las políticas que han llevado a la economía de la nación donde está hoy. Si Estados Unidos no desea seguir con déficits y desempleo sin fin, entonces hace falta una nueva agenda.
Es solamente el segundo Discurso sobre el Estado de la Unión del presidente Barack Obama, pero su fracasada agenda económica lo ha obligado a tempraneros reestrenos. Después de más de $800 mil millones en paquetes keynesianos de estímulo económico — basados en la errónea teoría que el crecimiento economico se estimula con gasto gubernamental— nuestra nación todavía sigue atascada en el récord de un índice de desempleo de casi dos dígitos durante 20 meses consecutivos post Segunda Guerra. El déficit nacional está en 14.06 billones de dólares y podríamos romper el techo …