Hay grandes problemas a la hora de traducir del inglés al español la palabra “liberalism”. En Estados Unidos, “liberalism” está hoy ligado a todo lo contrario de lo que significa “liberalismo” en español. Por eso, en Estados Unidos, cuando tildan a algún político de “liberal” (en inglés), en realidad lo que le quieren decir es “progresista” o -válgame Dios- “socialista”… y por tanto, el escándalo está servido.
Esa obligación es tan importante ahora como lo era hace 70 años cuando Estados Unidos se enfrentó a uno de sus mayores desafíos. Tal como se hizo entonces, el Congreso y el presidente deberían garantizar que el gobierno federal cumpla con su responsabilidad hoy en día y financie plenamente a nuestras fuerzas armadas.