El Día de los Caídos, el feriado más solemne de Estados Unidos, tiene sus orígenes en la era de la Guerra Civil americana, cuando los ciudadanos privados designaron un día para adornar las tumbas de soldados caídos. Hoy, la intención de este día es honrar a todos los que dieron sus vidas en el servicio de armas en todas las guerras de América.
El experto de Heritage Patrick Knudsen explica que: “Cuanto más lo demore el Congreso, más probables son unas bruscas y repentinas reducciones del beneficio, unos impuestos tremendamente más altos, unos déficits y una deuda más profundos…o todo a la vez”. Washington no puede seguir aplazando su deber fundamental de promulgar un presupuesto y poner el gasto bajo control y no debería tratar de resolver la crisis fiscal de la nación vaciando la seguridad nacional.
Hoy en día, esto está cantado pero no está muy claro si se han enterado los que deben. Estados Unidos no puede sufrir nuevamente otro periodo de abstinencia financiera que afecte a sus fuerzas armadas. Es cierto que Estados Unidos sigue teniendo al mejor ejército del mundo, pero los drásticos recortes en defensa están poniendo en peligro ese título. La administración y el Congreso tienen que aprender del pasado y cumplir con su responsabilidad constitucional de proveer la defensa común.