Ha pasado una semana desde que el presidente Barack Obama anunciara su último plan de “estímulo” y, a pesar de su gira a través del país con la intención de vender sus propuestas al pueblo americano, el comandante en jefe se está encontrando con que su mensaje de más impuestos y gastos no convence. Entre tanto, el presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, Paul Ryan (R-WI), ha detallado una forma marcadamente distinta de ayudar a que la economía de Estados Unidos regrese por sus fueros.
Desde que el S&P 500 alcanzó su máximo del año 2011 –del 29 de abril al 10 de agosto de 2011— 3.3 billones de dólares invertidos en el mercado de valores de Estdos Unidos se han esfumado. El valor de las acciones americanas en propiedad se redujo de $16.82 billones a $13.57 billones – todo un 19.3%. Eso es más que el PIB –el valor de todo lo que produce un país en bienes y servicios— en 2010 de Canadá ($1.3 billones), el Reino Unido ($2.2 billones) o Alemania ($3.1 billones).
Probablemente todo lo que oiga de los progres y su caja de resonancia en los medios de comunicación acerca de impuestos bajos es que no funcionan — que son un fracaso a la hora de propiciar el crecimiento económico o del empleo. La prueba A de esta disparatada proposición son los recortes de impuestos de Bush. La izquierda quiere que Ud. acepte como ortodoxia que esa política fue un fracaso.