Lágrimas rodaban ayer por el rostro del vicepresidente venezolano Nicolás Maduro cuando anunció que Hugo Chávez, quien durante tantos años fue el líder de Venezuela, había muerto. Es probable que la noticia no sorprendiera a nadie, pues Chávez había estado batallando contra el cáncer durante años y hacía tiempo que ya se pensaba que estaba en su lecho de muerte. De hecho, el líder venezolano no había sido visto en público desde diciembre.
Aunque no sea algo inesperado, el fallecimiento de Chávez tiene implicaciones (algunas potencialmente peligrosas) de gran alcance para Estados Unidos y el resto del mundo.
Raúl Castro está teniendo una buena racha tanto en casa como en el extranjero. Por ahora, parece que se está desempeñando bien, incluso por encima de lo previsto. Por desgracia y mientras tanto, la administración Obama anda ocupada en demasiados frentes, desde el embargo de fondos hasta la crisis en Siria y está todavía tratando de localizar Latinoamérica en el mapa.