¿Le ha subido su banco las comisiones o le ha dejado de ofrecer cuentas corrientes gratuitas durante el último par de años? Si es así, se lo puede Ud. agradecer al laberinto regulador que es la ley financiera Dodd-Frank. Esta ley, que se suponía que arreglaría el sector financiero, está perjudicando a los consumidores en vez de “protegerlos”. El Congreso debería derogarla ya antes de que pueda causar más daño.
Con la Enmienda Durbin —así conocida por su propulsor, el senador Dick Durbin (D-IL)—, el gobierno federal limita ahora la cantidad de dinero que los bancos pueden cobrar a los comerciantes por el uso de sus terminales cuando Ud. pasa su tarjeta de débito – algo que les cuesta a los bancos aproximadamente unos $6,600 millones por año en ingresos. En vez de recuperar estos costos a través de los comerciantes, los bancos quieren que los paguen los consumidores.
Desde que fue elegido presidente estuvo en la implementación de políticas que inmediatamente detuvieron el crecimiento empresarial y asustaron a los empleadores que ya no quisieron ni contratar ni ampliar sus negocios. Esas políticas han dejado la economía dando tumbos a corto plazo, a largo plazo y a todo plazo.