Ud. debería hojear las ediciones más recientes de la Estrategia de Seguridad Nacional y la Revisión Cuadrienal de Defensa (QDR), pues éstos son los documentos que describen cómo concibe el presidente Obama el uso de las políticas exterior y de defensa para que Estados Unidos siga siendo seguro, libre y próspero en un mundo que cada vez parece más hostil a los intereses de Estados Unidos.
Mucha gente cree que el discurso del presidente Obama dio en West Point trató exclusivamente de política. Al establecer falacias del hombre de paja y luego desmontarlas, el presidente se definió básicamente a sí mismo por lo que no es. No es un aislacionista. No es un belicista. Y por supuesto, nadie afirma seriamente que sea una cosa o la otra. Como tampoco estos posicionamientos extremos son verdaderas opciones estratégicas para el mundo real.
Sólo algunos de los discursos de cada presidente llevan la etiqueta de “fundamental”, y el de hoy es uno de ellos para el presidente Obama. Su discurso en la ceremonia de graduación en West Point será un discurso sobre política exterior “fundamental” en un momento en el que tanto aliados como adversarios de Estados Unidos están cuestionando el liderazgo de Estados Unidos.
Hablar del excepcionalismo americano enfurece a algunos progresistas.
Por ejemplo, el tema llevó a Oliver Stone y al profesor de la Universidad Americana, Peter Kuznick, a escribir un artículo en el periódico USA Today en el que decían que en Washington debería haber un muro con “los nombres de todos los vietnamitas, camboyanos, laosianos y las personas del resto de países que murieron [en la Guerra de Vietnam]”. Eso, indicaron, sería “un monumento conmemorativo acorde con todas las víctimas del ‘excepcionalismo americano’, un lápida para uno de los mitos americanos más peligrosos”.