Muchos interpretaron la campaña Kony 2012 como un burdo intento para conseguir que Washington haga algo. Enviar a los marines a perseguir a unos cuantos cientos de seguidores de Kony en el Congo no es el mejor (o siquiera un apropiado) uso de las fuerza armadas de Estados Unidos. Por otro lado, existen muchos lugares por el mundo donde los americanos pueden marcar la diferencia: no dando una limosna sino ayudando a facilitar a los que quieren procurarse a sí mismos libertad, seguridad y prosperidad.