Lo visto con el mandato de los servicios reproductivos de Obamacare es sólo una de las muchas formas en la que el gobierno va ocupando espacios privados en los que no tiene nada que hacer y ello debería hacer reflexionar a los ciudadanos sobre la necesidad de no renunciar tan fácilmente a su libertad a cambio de algún supuesto beneficio que les quiera “regalar” el gobierno.