Mitt Romney ha hecho público su plan para reformar el enfermo sistema educativo de Estados Unidos. Se basa en la opción escolar, el empoderamiento de los padres y pide una mayor transparencia de resultados. Por el camino, amonesta a los sindicatos educativos –muy acertadamente– por oponerse a la reforma.
Por todo el país, los estados se están moviendo para facultar a los padres con un mayor control sobre la educación de sus hijos mediante normativas como la opción escolar. Este tipo de normativa, la no centralización de los estándares académicos, es la que mejor satisface las necesidades únicas de los estudiantes.