Los recientes datos sobre el comportamiento sexual de los adolescentes son motivo de esperanza para el bienestar y las perspectivas futuras de la próxima generación. Una combinación de la activa participación de los padres y política pública inteligente puede servir para promover la tendencia hacia la abstinencia juvenil y convertir esa esperanza en realidad.
Aunque el Estado ha tratado de invadir la vida familiar y hasta pretender reemplazar con un cheque mensual el rol paterno en la familia, despues de casi cinco décadas de estar jugando a la ingeniería social, ha quedado demostrado y a la vista de todos que ningún programa de gobierno puede reemplazar el papel de los padres en la vida de sus hijos.