El recientemente reeditado libro de Steven Mosher, A Mother’s Ordeal (El sufrimiento de una madre), presenta un fascinante relato del viaje a través de la maternidad de una mujer bajo la política del hijo único en China. “El sufrimiento de una madre” pone rostro a las represivas normativas para el control de la población de la República Popular de China y ayuda a quien lo ve desde fuera a comprender el terrible dilema que supone para las parejas chinas.
Se trata de una de las imágenes más icónicas del siglo XX: un hombre de pie absolutamente quieto, enfrentándose a un enorme tanque mientras se aproxima hacia él. Está desarmado y solo. Sin más defensa que la inamovible convicción de que la libertad es tan importante que merece la pena arriesgar la vida por ella.
La semana pasada, el general chino Zhu Chenghu afirmó que China “tendrá que modernizar su arsenal nuclear” pues la defensa antimisiles de Estados Unidos “puede reducir la credibilidad de la disuasión nuclear [de China]”. Incluso si esta afirmación reflejaba la realidad, esa debería motivar a Estados Unidos para fortalecer sus defensas.