El caso del líder político venezolano Leopoldo López, encarcelado sin sentencia desde el 18 de febrero de 2014, parece tan claro que la incapacidad para conseguir su libertad es testimonio del pobre estado de la democracia en varios países del continente americano. El abandono y la silenciosa complicidad de muchos es problemático. Es hora de presionar fuertemente por la libertad de Leopoldo López y de otros prisioneros políticos en Venezuela.