La creciente amenaza de los misiles nucleares de largo alcance pone en peligro la vida de millones de americanos a la vez que altera la estabilidad regional y global. El más reciente altercado en la península de Corea supone un aleccionador recordatorio de esta cruda realidad. Por ello, para proteger de manera efectiva a los americanos frente a ataques sin escrúpulos en un futuro cercano se debe poner en marcha un plan riguroso de pruebas de la defensa antimisiles.
Ciertamente, ni siquiera con la retirada de Estados Unidos de Irak y Afganistán se habrá convertido el mundo en un lugar más seguro. Corea del Norte continúa avanzando en sus capacidades de misiles balísticos, el conflicto en Siria se ha vuelto cada vez más violento e Irán amenaza constantemente a Estados Unidos con su programa nuclear en desarrollo y con una lluvia diaria de misiles contra uno de nuestros principales aliados, Israel.
Alargar la vida de las aeronaves militares pone en peligro mortal a nuestros hombres y mujeres en combate y supone una amenaza para las fuerzas armadas de Estados Unidos en general. En el video de la Fundación Heritage, comenta Deptula: “Oigo a la gente hablar sobre, bueno ya sabe, que las fuerzas armadas de Estados Unidos gastan más dinero que las siguientes 17 naciones juntas. Bueno, las siguientes 17 naciones juntas no están comprometidas en mantener la paz y la estabilidad alrededor del mundo. Nosotros sí”. Pero para mantener ese compromiso, el Congreso y la administración deben asegurar que las fuerzas armadas de Estados Unidos tienen los recursos que necesitan para llevar a cabo su misión de proteger a Estados Unidos.
El primer presidente de Estados Unidos, el general George Washington, advirtió así a sus conciudadanos: “Si deseamos asegurar la paz, uno de los más potentes instrumentos de nuestra creciente prosperidad, deberá saberse que estamos preparados en todo momento para la guerra”. Pocos son los que hoy en día se dan cuenta de esta conexión directa. Al paso que vamos, la preparación de la que hablaba Washington es cada día más endeble – y el enemigo lo sabe.