Los medios de comunicación han cubierto ampliamente las “huelgas” generales de ayer en el sector de la comida rápida. Sin embargo, muy pocos verdaderos trabajadores participaron en la #FastFoodStrike. El USA Today informa de que sólo “cientos de trabajadores del sector de la comida rápida” fueron a la huelga, de entre los 10.6 millones de empleados que tiene este sector en Estados Unidos. Menos del 1% de los trabajadores se unió a las protestas. ¿Entonces por qué tanto alboroto?
Si parece como si los sindicatos estuvieran armando mucho alboroto últimamente, es porque lo están haciendo.
Estamos en un año de elecciones y necesitan dinero.
Y es que en 2013 sólo uno de cada 15 trabajadores del sector privado era miembro de un sindicato, la cifra de afiliación más baja desde 1916.
Los empleados federales (que como promedio trabajan al año un mes menos que los trabajadores del sector privado y están mejor pagados) están cabildeando para obtener aún mejores pagas.
Los sindicatos públicos saben que el Congreso está buscando el modo de recortar el presupuesto federal y están contando con que los van a dejar fuera del alcance de cualquier medida de ese tipo.
Eliminar los Twinkies. Obstruir el estacionamiento de las tiendas Wal-Mart el día de mayor venta del año, conocido como Viernes Negro porque el balance anual pasa de negro a rojo con las ventas extra. Molestar en un gran aeropuerto el día antes de Acción de Gracias. Si los sindicatos están tratando de ser más populares entre el pueblo americano, lo están haciendo realmente mal.
La sentencia de ayer de la Corte Suprema a favor de los trabajadores no sindicados en el caso Knox vs. SEIU ( Sindicato Internacional de Empleados de Servicios) fortalece significativamente los derechos recogidos en la Primera Enmienda de los trabajadores no sindicados a no tener que contribuir a las actividades políticas de los sindicatos.