Contrariamente a lo que afirmó el presidente Obama la semana pasada en un discurso en la Universidad Knox, la persecución política a organizaciones conservadoras por parte del Servicio de Impuestos Internos (IRS) no es un “falso escándalo”. Es un auténtico escándalo que pone la atención sobre el peligro de un gobierno federal todopoderoso, particularmente en el caso de una agencia como el IRS, que tiene poderes extraordinarios para destruir y apoderarse de la propiedad, la vida y las empresas de los ciudadanos americanos.
Los empleados federales, incluidos los del Congreso, reciben actualmente unos generosos beneficios del seguro médico de su “empresa”, así como una gran variedad de opciones de planes personalizados (desde costosos planes integrales a planes de bajo costo y con un alto grado de deducibilidad) que se les niega a la gran mayoría de americanos. Pero todo eso cambiará con Obamacare.
Cada día, más americanos se ven atrapados por el Estado omnipresente. Además de los grupos a los que persiguió el IRS, respetables ciudadanos que viven sus vidas de manera normal son repentinamente puestos en el punto de mira de las autoridades judiciales y acusados de ser unos delincuentes. Aquí tiene unos cuantos ejemplos: