El 1 de agosto el Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) incurrió en el impago de $5,500 millones provenientes de los pagos al Tesoro por los futuros beneficios médicos de sus jubilados. No se trata de una suma pequeña, sin duda. Pero para desgracia del USPS (y para ira de los contribuyentes) esta sólo marca el primero de diversos impagos anticipados y posiblemente aún mayores en meses venideros.
El servicio de corres podría continuar como una institución obsoleta y politizada, condenada a la extinción. O bien, podría convertirse en un dinosaurio a cuenta del contribuyente existiendo gracias a miles de millones en fondos del contribuyente cada año. ¿O se le permitirá reestructurarse e innovar, dándole una oportunidad para encontrar un lugar en la economía de hoy en día? El Congreso debería respaldar la tercera opcióny darle al Servicio Postal una oportunidad de salvarse a sí mismo (y a los contribuyentes) del desastre. Eso significa permitir que el Servicio Postal adopte reformas, no frenarlo.