En el 50º aniversario de la Crisis de los Misiles de Cuba de octubre de 1962, sólo uno de los líderes políticos decisivos involucrados en la misma se mantiene todavía en el poder. A la edad de 86 años, Fidel Castro prácticamente ha desaparecido y no ha sido visto en público desde hace meses. Su lugar al mando de los destinos de Cuba ha sido asumido por su hermano Raúl Castro, de 81 años, que también tuvo una participación de alto nivel en la crisis de octubre de 1962.
El 14 de octubre de 1962, los responsables políticos de Estados Unidos se enteraron de que la Unión Soviética estaba construyendo en Cuba bases para misiles que habrían permitido a Moscú atacar cualquier lugar del territorio continental de Estados Unidos en cuestión de minutos. Por ejemplo, los expertos de la Fundación Heritage Michaela Bendikova y Baker Spring nos recuerdan que “Fidel Castro y el Che Guevara animaron a los soviéticos a usar misiles balísticos estacionados en Cuba para atacar a Estados Unidos”.
Hoy 12 de junio se cumple el 25º aniversario del histórico discurso del presidente Reagan en la Puerta de Brandeburgo de Berlín. Sin atender a las objeciones de los consejeros que pensaban que el texto era demasiado provocativo, el presidente Reagan realizó una impresionante petición:
Hay una señal que los soviéticos pueden hacer que sería inequívoca, que promovería de manera espectacular la causa de la libertad y de la paz. Secretario General Gorbachov, si busca Ud. la paz, si busca Ud. la prosperidad de la Unión Soviética y de Europa Oriental, si busca Ud. la liberalización, venga aquí hasta esta puerta. Sr. Gorbachov, abra esta puerta. Sr. Gorbachov…Sr. Gorbachov, ¡derribe este muro!
Un juego del hambre muy real tuvo lugar durante la mayor parte del siglo pasado en la Unión Soviética. Desde 1917 hasta 1991, la Unión Soviética estuvo controlada desde Moscú, que subyugó a 14 naciones que rodean Rusia. El sueño soviético de un utópico paraíso dirigido por los trabajadores condujo a familias separadas en la noche por la policía secreta, a gulags repletos de miles de prisioneros condenados por susurrar su desacuerdo y a 20 millones de asesinados.
Hace veinte años el mundo vio cómo caía la Unión Soviética. El régimen “plantado por bayonetas”, como en una ocasión lo describió el presidente Ronald Reagan, no consiguió arraigarse y finalmente el imperio que se amuralló tras una Cortina de Hierro para aislarse de Occidente no pudo escudar a su pueblo de la refulgente luz de la democracia.
Pero la realidad de Cuba se parece poco a la narrativa sobre la pequeña isla valiente. La penuria de Cuba no tiene nada que ver con la decisión de Estados Unidos de no comerciar con la isla comunista, sino con que la isla sea comunista en primer lugar. Si el comunismo produjo miseria en Europa y Asia (donde la mitad de Alemania y Corea se quedaron estancadas bajo la represión mientras que sus mitades capitalistas prosperaban en libertad económica y política), ¿por qué iba a ser diferente el resultado en el Caribe?