Una nueva encuesta centrada en un grupo de votantes hispanos indecisos revela que aunque una amplia mayoría de hispanos tiende al voto progresista, también comparten muchas de las fundamentales creencias conservadoras. La lección para los conservadores es que sus principios tienen un gran atractivo, pero les hace falta hacer un mejor trabajo explicando cómo las políticas conservadoras influyen positivamente en los hispanos.