Es bueno ver que, aunque algunos representantes de la administración pueden tener una perspectiva descarriada, la inmensa mayoría del público americano tiene los pies bien puestos sobre la tierra. De hecho, Osama bin Laden ya hace bastante tiempo que se murió – un año para ser exactos. Por todo el mundo, se han desmantelado redes terroristas, se han diezmado a sus líderes y se han desarticulado campos de entrenamiento terrorista. Sin embargo, como el columnista del periódico Washington Examiner Cal Thomas expone acertadamente, “El terrorismo fluye de un sistema de creencias y una cosmovisión que no serán aplastadas simplemente porque unos cuantos líderes de al-Qaeda hayan desaparecido”.
Han pasado más de 10 años desde los atentados del 11 de septiembre. Desde entonces, por lo menos conocidos públicamente, se han frustrado 45 atentados terroristas. Este último complot sirve como un importante recordatorio de que la amenaza del terrorismo no ha disminuido. Estados Unidos debe seguir alerta.
El sábado, el presidente de Guatemala Otto Pérez Molina fue investido después de su victoria en la segunda vuelta de las elecciones de noviembre contra Manuel Baldizón Méndez. Pérez, miembro del conservador Partido Patriota, no tiene una tarea fácil por delante ya que tiene que dar un paso adelante para liderar un país que algunos han denominado como una de las naciones más peligrosas del mundo.
Esta Alianza del Pacífico, que se estableció en abril, busca crear un bloque comercial a lo largo de la costa del Pacífico, centrado en la promoción de los intereses comunes del comercio, la innovación y la inversión. Habiéndose reunido por segunda vez este año, los líderes de Chile, México, Perú y Colombia (con Panamá asistiendo como observador) se comprometieron a firmar un marco de acuerdo para promover la integración económica y la libre circulación de mercancías, personas y servicios dentro de los próximos seis meses.
La Solución Tarjeta Roja no propone que los inmigrantes ilegales obtengan una “vía a la ciudadanía”, de hecho, hace todo lo contrario. Cita el hecho de que muchos inmigrantes ilegales no son en realidad inmigrantes ya que muchos de los llamados inmigrantes ilegales no están en Estados Unidos buscando obtener la ciudadanía o estatus de residente permanente, sino que están en el país solo para trabajar, lo que los convierte en trabajadores ilegales temporales, más que cualquier otra cosa. El plan Krieble busca crear vías separadas para hacerle frente a la población extranjera.