Cuando el presidente Franklin D. Roosevelt ratificó la ley del Seguro Social el 14 de agosto de 1935, se refirió a ella como “una ley que proporcionará cierto grado de protección al ciudadano promedio y a su familia frente a la pérdida del puesto de trabajo y a una vejez atormentada por la pobreza”. Pero el actual Seguro Social es una cosa totalmente distinta.
“Cielos, tengo personal que no gana mucho dinero. Esto constituiría una gran pérdida para ellos”.
Esta podría ser una conversación entre dos empleadores sobre los costos de Obamacare. Pero son las palabras de un miembro del Congreso, feliz de que el presidente vaya a suavizar el golpe de Obamacare para él y sus empleados.