El mayor tributo que se puede hacer al legado de Martin Luther King, Jr., no es nombrar una calle en su honor o celebrar una fiesta nacional. Es dar nuestro reconocimiento y apoyo a aquellos que trabajan para cristalizar su visión, que empodera a aquellos que se enfrentan a los mayores obstáculos mediante relaciones personales que restauran la fibra moral de la sociedad civil sin la necesidad de intervención gubernamental federal.
La libertad económica —la capacidad de los individuos de tener control sobre los frutos de su trabajo y la capacidad de seguir sus sueños— es central para la prosperidad en el mundo. Heritage y el Wall Street Journal miden la libertad económica estudiando sus principales pilares: el imperio de la ley, el gobierno limitado, la eficiencia de las regulaciones y los mercados abiertos. Cosas como los derechos de propiedad, no sufrir la corrupción, el gasto gubernamental, el libre comercio, las políticas laborales y la capacidad propia de invertir en negocios y poder crearlos son todos factores en la libertad económica de un país.
Aunque las protestas contra Guantánamo continúan, también lo hace la guerra contra los terroristas. Al-Qaeda, sus aliados y otros con la misma agenda asesina y antiamericana, continúan planeando el próximo ataque contra nuestro territorio. De igual forma, Estados Unidos debe continuar haciendo todo lo que pueda —dentro del imperio de la ley— para impedir esos ataques antes de que se pierdan más vidas. Eso incluye el uso del centro de detención de Guantánamo a no ser que se proponga otra opción que sea segura y razonable.