En Washington, los hechos pueden ser a veces una cuestión de terquedad. Supongo que es por eso por lo que los críticos de los medios de comunicación pensaron que mis comentarios, realizados el pasado lunes durante una reunión de la asociación de gobernadores (que puso de manifiesto el lento crecimiento y las fallidas políticas económicas de nuestro presidente) fueron impolíticos o descorteses.
Por todo el país han estado surgiendo casos en los que algunas personas no han querido hacer pasteles de boda o tomar fotos para ceremonias nupciales entre parejas del mismo sexo, por lo que el gobierno las ha castigado. Esta semana, la gobernadora de Arizona, Jan Brewer (R), vetó un proyecto de ley que habría implementado protecciones para la libertad religiosa en su estado. Nos reunimos con Ryan T. Anderson, analista de la Fundación Heritage adscrito a la donación William E. Simon para Religión y una Sociedad Libre, con el objetivo de obtener algunas respuestas acerca de este debate.
En el titular se puede leer “Licencia para discriminar”. Y el editorial del New York Times continúa después afirmando que Arizona acaba de aprobar “medidas nocivas que les dan a las empresas y a las personas amplios derechos para negar sus servicios a las parejas del mismo sexo en nombre de la protección de la libertad religiosa”.