El presidente Obama dice que éste es un “año de acción” y anoche dejó muy claro de qué acción estaba hablando.
Tras indicar recientemente que tiene un lapicero y un teléfono y que los puede utilizar para hacer cambios sin la ayuda del Congreso, Obama volvió a la carga con la promesa de llevar a cabo acciones ejecutivas allí donde los legisladores no satisfagan sus exigencias.
Hablar del excepcionalismo americano enfurece a algunos progresistas.
Por ejemplo, el tema llevó a Oliver Stone y al profesor de la Universidad Americana, Peter Kuznick, a escribir un artículo en el periódico USA Today en el que decían que en Washington debería haber un muro con “los nombres de todos los vietnamitas, camboyanos, laosianos y las personas del resto de países que murieron [en la Guerra de Vietnam]”. Eso, indicaron, sería “un monumento conmemorativo acorde con todas las víctimas del ‘excepcionalismo americano’, un lápida para uno de los mitos americanos más peligrosos”.
No importa el nombre que nos pongamos, ya sea conservadores, progresistas, moderados o de cualquier otra forma, todos deberemos batallar con el tamaño y alcance de un gobierno en constante expansión. Estados Unidos ha alcanzado un punto de inflexión. El gobierno federal ha crecido exponencialmente, no sólo en su gasto, sino en su alcance. El gobierno se inmiscuye en prácticamente cada aspecto de nuestra vida diaria, desde el tipo de inodoro que podemos comprar a la mezcla de combustible que ponemos en nuestro auto, pasando por el tipo de foco …
Un juez de derecho administrativo de Denver, Colorado (un estado que en 2006 definió constitucionalmente el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer), ha dictaminado que Jack Phillips, propietario de Masterpiece Cakeshop, violó la ley cuando se negó a hacer un pastel para una boda homosexual.