No importa que la seguridad financiera de millones de americanos y otros resulte perjudicada en el proceso. La administración necesita lo que ya ha denominado “el desplome Boehner” —en referencia al presidente republicano de la Cámara de Representantes John Boehner— para tratar de salirse con la suya en las negociaciones del límite de la deuda.
Con $14 billones de deuda y estamos discutiendo si nos endeudamos más o no y si lo pagamos con más impuestos o no. El presidente Obama y su partido dicen que sí. Los republicanos dicen que no. La confrontación está servida. Esta semana seguramente nos enteraremos de quién gana esta “épica batalla”, si acabaremos más o menos endeudados y si nos freirán a impuestos un poco más o no.
Desde que fue elegido presidente estuvo en la implementación de políticas que inmediatamente detuvieron el crecimiento empresarial y asustaron a los empleadores que ya no quisieron ni contratar ni ampliar sus negocios. Esas políticas han dejado la economía dando tumbos a corto plazo, a largo plazo y a todo plazo.
El Congreso no debería aumentar el límite de la deuda sin poner el gasto bajo control. La legislación del límite de la deuda debería poner a Estados Unidos camino de la reducción del gasto federal y el endeudamiento a la vez que se preserva la capacidad de proteger a América sin subir los impuestos.
La propuesta de la Banda de los Seis es totalmente inadecuada para que el Congreso cumpla con la solemne responsabilidad de proveer la seguridad de la nación. Los partidarios del plan ofrecen sólo vagas descripciones acompañadas por cifras inciertas y pidiendo al Congreso que promulgue la propuesta y que el Presidente la firme por la vía rápida. ¿No les suena a la reedición de TARP?
La mejor solución es transformar estos programas de una manera que podría dar a los miembros de AARP la confianza de que van a tener seguridad económica en la jubilación, que el Seguro Social y Medicare seguirán funcionando durante décadas y que sus nietos tendrán el mismo tipo de futuro promisorio y pleno de oportunidades que ellos tuvieron. Sin duda, esa es la clase de legado que los miembros de AARP quieren dejarles.