Hace dos años, el presidente Barack Obama era audaz en su optimismo acerca del crecimiento del empleo en Estados Unidos, prometiendo que sus planes de gasto del paquete de estímulo crearían tres millones de puestos de trabajo para finales de 2010. No funcionó, el déficit de empleos de Obama está ahora en 6.7 millones de puestos de trabajo.
Se sigue hablando profusamente sobre “el modelo de China”. Se supone que ese modelo es una forma superior de organizar la economía, especialmente en una economía en desarrollo, que el modelo americano u occidental de capitalismo competitivo. Hay muchas partes importantes en este debate, pero en él ha pasado desapercibido un punto crítico: Hay dos modelos en China, no uno.