Ahora que la tímida y débil política siria de la administración ha envalentado al régimen de Assad para atacar la embajada de Estados Unidos, es el momento para que el presidente Obama – el cual ha dicho muy poco sobre las masacres en serie en Siria – cambie su miope estrategia de compromiso con significativas iniciativas para ayudar al pueblo sirio a derrocar el régimen depredador de Assad.
La libertad religiosa y el respeto a la libertad de conciencia deben ser fomentadas y protegidas, tanto en la sociedad civil como en el derecho y la política, como forma efectiva y acorde con nuestros principios para promover la paz social y la fraternidad cívica en una sociedad cada vez más pluralista.